Etimológicamente, el término de consultor proviene del latín consultus que significa “asesoramiento”, un significado muy ligado a su acepción actual (sirva el neutro de consultor por consultor masculino y consultora en femenino, este ultimo puede confundirse con el organismo/empresa en si que presta la consultoría que «la consultora») La principal función de un consultor es asesorar profesionalmente sobre una materia en la que posee un conocimiento y experiencia de campo, especializada, ya sea en el campo de la Tecnología, Política, I+D+i, Finanzas, Recursos Humanos, Derecho u otras muchas ciencias o materias de conocimiento.
Una profesión con alta demanda a nivel global, y una oferta limitada en el momento de mercado actual. La consultoría posee unos buenos ratios de remuneración y además, cada vez con un mayor nivel de visibilidad entre los algunos perfiles profesionales e hiper-especializados. Esto se hace especialmente visible en los entornos digitales y sobre todo redes sociales especializadas como Linkedin o el ya menos utilizado Xing, pero también en las páginas propias de dichos especialistas: blogs, webs…
Hay que delimitar el concepto de consultor y no confundir con el de un comercial. Es un error pensar que un consultor y un comercial son lo mismo, puesto que el papel que cumplen para una organización difiere en gran medida y el valor que recibe el cliente no tiene ningún tipo de comparación.
En muchas empresas pequeñas, no tanto en organizaciones o gran empresa, debido a la falta de conocimiento o mala praxis de sus departamentos de RRHH y/o Comerciales, el consultor se ha podido confundir, por error o a propósito, con un comercial experimentado. Estos días se me presentaba una persona como consultora en formación, que solo era pero era una vendedora, ¿porqué? no tenía una cualificación específica, no poseía un formación académica con una experiencia notable, tampoco especifica, no era capaz de decir no a una propuesta del cliente… y la cuestión más importante, su proceso terminaba en la venta… Grave conjunto de errores, que me han llevado a escribir este articulo y que supone una osadía y ofensa a tantos profesionales que de los que he aprendido y con los que he compartido parte de mi vida laboral. Más preocupante es la empresa contratante u ofertante de servicio dicha persona, por agenciarse de unas atribuciones no adquiridas, sabiendo que puede incurrir en un fraude a su cliente o una confusión que le puede costar el dinero.
Ya sabemos que no se debe confundir con otros profesionales dentro de la cadena de valor al cliente, que el consultor suele ser un perfil muy especializado y con un alto grado de experiencia, ahora sabremos…¿donde suele trabajar?… Sus acciones normalmente están ligadas a su participación en proyectos a cliente, de forma independiente o para la propia organización, si esta contratado en exclusiva (lo que se llama consultor externo o interno). Aún a día de hoy existen más profesionales en la parte externa por una sencilla razón, se busca una independencia y objetividad. Si es interno normalmente necesita de una autonomía muy alta y disponer de la libertad suficiente que no frene su iniciativa para poder hacer bien su trabajo. También nos encontramos la figura de un consultor asignado a cuenta, donde particularmente trabajan de una manera que parecería mixta, donde casi forma parte del equipo, por tiempo dedicado, pero se mantiene independiente operativamente.
Entonces queda claro; la alternativa más rápida y efectiva para poner en marcha la misión de una organización es: la contratación de un perfil muy especializado en la materia, que realice las acciones y tácticas necesarias que favorezcan el acercamiento a la visión y objetivos de una causa… la subcontratación de este tipo de perfiles, va en aumento, ya que la opción de contar con profesionales ya experimentados puede ser un ahorro a la hora de poner en funcionamiento la visión de cualquier emprendimiento. El control de de costes, escalabilidad, la especialización y metodología, son fundamentales a la hora de consolidar hitos que nos hagan llegar a donde queremos.
¿Qué es ser consultor?
10 Características fundamentales que un consultor debería tener:
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Formación y Conocimiento General
Pienso que esto es bastante sencillo, es necesario tener una base para ejercer como especialista, eso beneficia el trabajo de consultoría sin duda alguna. Dicho conocimiento general proporciona un gran valor añadido a la profundidad de la T del conocimiento de un consultor especializado. Llamamos T a un metáfora que es la suma del conocimiento horizontal o general, que seria la parte de arriba de la T y Vertical ( formación y conocimiento especifico) que sería el conocimiento profundo de una materia, sector etc… representado por el palito de la T que sostiene la parte de arriba. Como ejemplo no se entendería un Consultor Legal, sin una carrera universitaria en derecho ó empresariales…
Existe una variante consultiva que sin una formación general en un campo del conocimiento concreto, es capaz de ejercer dicha labor, debido a su dilatada experiencia en temas verticales del conocimiento, es la meritocracia la que les equivale a esos campos concretos.
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Amplia Formación y Conocimiento Específico
Es el palito vertical del conocimiento, se trata de un punto vital en la profesión, cada consultor dependiendo de su especialización ha de tener una visión lateral de su campo del conocimiento y otro de penetración en dicho campo.
Hay consultores más genéricos dentro de ese conocimiento con una especialización marcadamente más de:
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Campo Horizontal
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Consultor Político, Tecnológico, Organizacional, RRHH, Exportación, Seguridad…
- (Ej: Consultoría en Tecnología)
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y otros con un nivel de profundidad más específico y pronunciado dentro de:
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Campo Vertical
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Comunicación, Información, Financiero…
- (Ej: Consultor Político de Comunicación, Consultor Tecnologías de la Información…)
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El mix del conocimiento horizontal vs vertical es el que perfila al consultor.
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Disponer de capacidad de Gestión y Metodología
La metodología en consultoría es fundamental, es una parte vital del saber hacer o en habla inglesa Know How del consultor, puede aportar un valor diferencial con respecto a otros profesionales y normalmente se basa en metodologías estándares PM (Project Manager Institute), PRINCE, ITIL, ISOs, COBIT… pero también si hay mucha experiencia por parte del consultor, este puede disponer de su propio método, que puede ser específico o mezclado con atributos de las metodologías estándares comentadas.
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Capacidad de Investigación, Desarrollo y Innovación
El trabajo no siempre viene acompañado de un conocimiento base, en ocasiones es necesario realizar investigación básica o aplicada, en función de la necesidad; servicios, modelos, prototipos, productos o numerosos elementos se pueden ver implicados en algunas partes de un nuevo conocimiento. El desarrollo es una labor complementaria y posterior o independiente a una fase de investigación, elaborar y dar vida. La última, pero no menos importante, de esta nomenclatura la mal llamada “i pequeña”, ni que decir tiene que la innovación es una sustancia que ha de aportar valor sustancial a cualquier producto o servicio.
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Transmisión de conocimiento y orientación al cambio
De nada sirve disponer de conocimiento y tener en tus manos la mejor información y servicio si no se tiene la habilidad de transmitir de la manera adecuada. El consultor debe actuar como transmisor de conocimiento, dentro de sus campos de acción, ello incluye:
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Ha de saber transmitir
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Formar y Entrenar
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Saber cómo implementar en función de los distintos escenarios de oposición o facilitación de su trabajo. En este punto fracasan muchos proyectos, pues los cambios en muchas ocasiones se perciben como amenazas.
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Actualizar continuamente sus conocimientos para que esa transmisión o argumentación de la misma tenga éxito.
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Experiencia y casos de éxito
Vislumbrar la oportunidad de mejora donde la haya, pero en ningún momento saturar al cliente con información que no le sea útil o no sea de interés para la toma de decisiones. La experiencia es la mejor maestra para enseñar cómo actuar en distintas situaciones.
Ahí es donde encontraremos la habilidad de un buen consultor, no se trata de imponer un sistema, metodología, proyecto, producto o servicio… las exigencias van en función del usuario del servicio de consultoría. Son muchos los factores que hay que considerar para contemplar; el momento adecuado, necesidades del consultante, pero como decíamos en el primer punto, hay quien gracias a su experiencia es un verdadero maestro en un campo. Los casos de éxito son fundamentales, quien mucho trabaja y pocos objetivos cumple algo hace mal.
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Imparcialidad y Objetividad
Parece una obviedad, pero la imparcialidad es una aptitud esencial en la consultoría. Hace falta una visión neutral sobre las cuestiones planteadas, para tener la claridad suficiente al planificar la estrategia a seguir. Lo importante no es mostrar al cliente que es lo que él quiere, sino lo que realmente necesita, aunque con ello pueda provocar una oposición que requiera de orientación al cambio y la argumentación de la misma.
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Conocer la realidad y origen
La consultoría y análisis es una pieza fundamental para conocer el punto de partida ayudando a empresas y organizaciones en los procesos de mejora que realmente necesitan para conseguir
Todo puede partir de una Idea o ser una organización compleja, la fase de análisis es fundamental para la consecución de objetivos.
El consultor realiza la importante tarea de la detección de necesidades que el cliente requiere y ofrecerle una solución a medida de dichas necesidades, para ello es indispensable saber a que nos enfrentamos, la realidad de la situación y el origen de la dificultad que debemos de solucionar, la falta de información al respecto, puede provocar una distorsión de los resultados que buscamos, por lo tanto el análisis de información y la toma de requerimientos son fundamentales para encontrar soluciones reales a problemas reales.
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Aprender
Uno de los puntos débiles de muchos consultores y que les presenta gran dificultad a la hora de interactuar con el cliente. Hay que aprender del cliente, cada uno de ellos es un pozo de sabiduría dentro de su sector, aunque en otras ramas de conocimiento necesite ayuda… nadie sabe hacer mejor aceite que un empresario que tenga 30 años de experiencia, quizás solo necesite organizar sus procesos, aunque sea en la misma producción. El cliente posee información que interesa saber para comprender en qué le podemos ayudar y cómo hacerlo. Es una característica fundamental para el crecimiento como profesional.
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Honestidad
Es solo un detalle lógico, que se convierte en el protagonista, afecta a todo el trabajo de consultoría y auditoría…